Sacudido por los rayos, temblaba aquel territorio arcaico. Por fin la luna estalló en pedazos, que incendiaron los inmensos bosques, desencadenando las destrucción total. La tierra se abrió y se hundió entre cangrejales. Seres mutilados corrían entre las ruinas, cabezas sin ojos buscaban a tientas, intestinos se enredaban como lianas inmundas, fetos eras pisoteados en medio de la basofia.
El Universo entero se derrumbó sobre nosotros.
Fragmento Capitulo XXXVII
INFORME SOBRE CIEGOS
Ernesto Sabato
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