26 de febrero de 2011

La Fila

     Es como si el equilibrio se hubiera recuperado, me levanté y salí al balcón para corroborarlo. Lo único que supe hasta ese momento era que mis pies pisaban las losas del balcón, luego de eso nada más.

     Ese recuerdo viene a mi mente todo el tiempo, no logro cerrarlo porque es como si fuera algo determinante. Hace unas horas que estoy esperando para que certifiquen la habilitación del local. Pero vuelve una y otra vez, todo el tiempo.


     - Hola, buen día. Vengo a certificar ésta habilitación.

     - A ver, déjeme ver.


     Le entregué el documento con dudas. Ya tenía una incertidumbre rara cuando observaba cómo leía línea por línea la habilitación. Pero mientras lo hacía, empecé a sentir como que me desvanecía, el tiempo corría pero yo estaba ahí detenido. Mis pulsaciones iban dispares, me estaba hundiendo en algún lugar de mi mente o la realidad. Sólo atiné a levantar la mirada y, a través de ella, pedir ayuda. El empleado no me miraba, estaba demasiado concentrado como para fijarse en mi y yo demasiado paralizado para que mi boca se abriera. Simplemente me encontraba ahí, detenido, sufriendo el estigma de mi desaparación espontánea frente a un muro de cristal. Me resigné al destino, a que pase lo que tenía que suceder, sin arbitrio de lo que pudiera acontecerme.

     Con esfuerzo, eché una mirada desde la única posición en la que estaba -si iba a desaparecer de verdad, por lo menos debía recordar el momento-. El empleado seguía concentrado en mis papeles, podía ver el reflejo de las personas detrás mío en el cristal y parecían estar teniendo una parálisis como yo, pero a diferencia de mí, ellos tenían los ojos diferentes. Ojos sin vida ya, asimilados con la parálisis, sin otro motivo de observación que no sea el de ver que avance la fila. ¿Será que me estoy convirtiendo en eso? ¿Ahora sí me estoy volviendo como ellos? ¿Todas mis ideas de Amor, Valor y Honor van a ser encarriladas en una fila eterna junto a la pérdida de mi conciencia?


     Mi yo, ¿estará desapareciendo? ¿Qué es lo que vendrá después?

TIMEOUT!!!


    Andrés Benitez

14 de febrero de 2011

Musa

     Cuando la veo, siempre me parece que se preparó para ése momento en especial. Más bien, como si siempre lo hubiera estado, fuera cual fuere el momento.

     Además de observar su belleza innata, siempre se reproducen frases en mi cabeza espontáneamente. No las voy a escribir, no les daré el gusto, pero suelo regalárselas al viento para que éste, cuando lo crea necesario, las transporte a los oídos de ella.

     Parezco idiota escribiendo así, "románticamente", me veo y me siento un idiota -esto ya lo sabía hace bastante tiempo-, pero qué puedo hacer.


     Me gusta que me inspiren, me gusta sentir el intercambio, me enamora saber que una sonrisa mueve los estantes de mi lógica y razón.

Foto cedida por Ana Pereyra



     Todo esto es lo que hace una "Musa", es su función primordial. Salen las palabras a borbotones cuando tengo que definirla. Ella vale más que las palabras o los sentimientos, en cualquier instante, mirada o movimiento, rompe con lo establecido y se muestra ineludiblemente Hermosa.






Andrés Benitez

2 de febrero de 2011

De Vuelta.

     Al fin escribo, hace bastante que no lo hago o por lo menos para mí, es mucho tiempo. Trataba de cerrar algunas ideas, un modelo, una sustancia o una forma.

    Ahora que puedo escribir y que mi mano no teme deslizarce sobre el papel, me corresponde ahondar mis sentimientos. Caminé mucho, viajé y experimenté el camino -uno corto todavía- con un objetivo claro. Aunque mi destino haya cambiado a pesar de haber cumplido el objetivo, no puedo darme el lujo de no escribir. Puedo abandonar todo pero no esto.

    Mi corazón sigue palpitando con miedos, es normal, solo que ahora avanzo porque he logrado el impulso. Ya no es inercia, quiero ganar, quiero sonreír.


Bahía Manzano


Andrés Benitez